Con precisión de ingeniero y sensibilidad de poeta, el pensador coreano fusiona la sabiduría oriental con el pensamiento crítico alemán para cuestionar la esclavitud neoliberal de la vida contemporánea.
Por María Raquel Bonifacino
Byung-Chul Han, un filósofo de la era digital y la reflexión cultural, es una voz que resuena con profundidad en los corredores del pensamiento contemporáneo. Nació en Seúl en 1959, católico, en su juventud intentó incursionar en la tecnología y quiso el azar o el destino que una explosión química en su juventud lo alejara de sus raíces y le marcara un nuevo camino, animándolo a emigrar a Alemania en la década de 1980 para estudiar filosofía, literatura alemana y teología católica.
Han ha trascendido fronteras y disciplinas para convertirse en un crítico lúcido de nuestra sociedad hiperconectada y acelerada. Su obra, que abarca desde la filosofía hasta los estudios culturales, es un espejo que refleja las complejidades de la vida moderna y sus desafíos éticos.
Educado en Alemania, es un pensador que escribe con la precisión de un ingeniero y la sensibilidad de un poeta. Su crítica al capitalismo y la sociedad del trabajo no solo desentraña las estructuras de poder, sino que también invita a una introspección sobre la autoexplotación y la búsqueda de significado en un mundo saturado de información, con una crítica aguda a las sociedades capitalistas modernas y un análisis detallado de las nuevas formas de esclavitud neoliberal.
Byung-Chul Han, teje pensamientos entre Oriente y Occidente, como un puente que une dos mundos. Su identidad coreana y su formación filosófica alemana se entrelazan para crear una perspectiva única, que desafía la "Sociedad del Cansancio" y la "Sociedad de la Transparencia" que él critica. Nos muestra que esta fusión de la sabiduría oriental con el pensamiento crítico alemán puede ser un faro de luz en una sociedad que, en su búsqueda de eficiencia y claridad, a menudo olvida la importancia de la reflexión y la profundidad.
Han es como un alquimista cultural, transformando la "Agonía de Eros" en una nueva forma de comprensión, donde el deseo no se trata de la posesión sino del respeto mutuo y la profundidad de la conexión. Su pensamiento, arraigado en la aparente tranquilidad de la filosofía oriental, se encuentra con la rigurosidad de la tradición alemana, creando un diálogo que resuena con la "Psicopolítica" de nuestra era.
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imagen del 2018 |
Por María Raquel Bonifacino
Byung-Chul Han, un filósofo de la era digital y la reflexión cultural, es una voz que resuena con profundidad en los corredores del pensamiento contemporáneo. Nació en Seúl en 1959, católico, en su juventud intentó incursionar en la tecnología y quiso el azar o el destino que una explosión química en su juventud lo alejara de sus raíces y le marcara un nuevo camino, animándolo a emigrar a Alemania en la década de 1980 para estudiar filosofía, literatura alemana y teología católica.
Han ha trascendido fronteras y disciplinas para convertirse en un crítico lúcido de nuestra sociedad hiperconectada y acelerada. Su obra, que abarca desde la filosofía hasta los estudios culturales, es un espejo que refleja las complejidades de la vida moderna y sus desafíos éticos.
Educado en Alemania, es un pensador que escribe con la precisión de un ingeniero y la sensibilidad de un poeta. Su crítica al capitalismo y la sociedad del trabajo no solo desentraña las estructuras de poder, sino que también invita a una introspección sobre la autoexplotación y la búsqueda de significado en un mundo saturado de información, con una crítica aguda a las sociedades capitalistas modernas y un análisis detallado de las nuevas formas de esclavitud neoliberal.
Byung-Chul Han, teje pensamientos entre Oriente y Occidente, como un puente que une dos mundos. Su identidad coreana y su formación filosófica alemana se entrelazan para crear una perspectiva única, que desafía la "Sociedad del Cansancio" y la "Sociedad de la Transparencia" que él critica. Nos muestra que esta fusión de la sabiduría oriental con el pensamiento crítico alemán puede ser un faro de luz en una sociedad que, en su búsqueda de eficiencia y claridad, a menudo olvida la importancia de la reflexión y la profundidad.
Han es como un alquimista cultural, transformando la "Agonía de Eros" en una nueva forma de comprensión, donde el deseo no se trata de la posesión sino del respeto mutuo y la profundidad de la conexión. Su pensamiento, arraigado en la aparente tranquilidad de la filosofía oriental, se encuentra con la rigurosidad de la tradición alemana, creando un diálogo que resuena con la "Psicopolítica" de nuestra era.
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