El consumo sigue su espiral de caída y se estima que caerá un 10% este año; mientras que el salario real -en el sector privado formal- caería en promedio 7%.
Si bien el índice de precios al consumidor muestra una desaceleración tras haber tocada un pico de inflación del 25% en diciembre, no se lograría en el 2024 compensar la pérdida del poder adquisitivo de la población.
Se estima que el consumo caerá un 10% este año mientras que el salario real -en el sector privado formal- caería en promedio 7%. Para que la situación comience a mejorar habrá que esperar hasta el 2025, al menos así lo estiman algunos estudios privados.
Por caso, el último informe de ABECEB muestra que el año próximo las ventas en supermercados podrían crecer un 2,5%, la actividad en restaurantes mostraría un resultado positivo que alcanzaría al 4,5% y la venta de electrodomésticos crecerían el 12,3%.
El ingreso de la población podría reducirse más del doble por el fuerte reacomodamiento de los precios relativos de las tarifas de gas, luz, agua, transporte público y combustibles, que se vienen ajustando muy por encima de la inflación impactando con fuerza en los bolsillos.
La inflación interanual a marzo fue del 290% pero los precios de muchos bienes o servicios claves para la vida cotidiana superaron ese nivel, con más de 100 puntos de diferencia:
La caída de ventas en los supermercados se estima podría promediar 11%, en 2024 mientras que en restaurantes será del 7,5% en este año. Sólo en marzo, la caída en los súper llegó al 19%, mientras que los restaurantes registraron una pérdida del 6,7%.
Ante este contexto, los consumidores optan por los comercios de cercanía (no hacen compras tan grandes) y elijen segundas o terceras marcas, además de estar atentos y aprovechar las promociones y descuentos.
En el caso de los electrodomésticos, quedaron muy relegados en la lista de compras. Se prevé una caída del 25% para 2024 debido a que la predisposición de compra sigue en caída en los primeros tres meses del año, y en marzo, registra una caída del 66.2% el nivel más bajo desde la pandemia.
Ventas minoristas con más de 7% de caída en abril
El comercio minorista sigue sintiendo la dinámica decreciente del poder adquisitivo de los consumidores, que han recortado gastos en todos los rubros. El único sector que salió de esta tendencia es indumentaria y textil, favorecido por tres razones: por la proliferación de ofertas; por la muy baja base de comparación, ya que el ramo viene muy debilitado desde la pandemia; y por la desaceleración de los precios en este rubro en particular.
En el cuarto mes del año se pudo observar el regreso de las cuotas sin interés en algunos locales de electrodomésticos y materiales para la construcción, sobre todo, que ayudaron a mejorar la venta.
Así surge del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a un relevamiento mensual entre 1.276 comercios minoristas del país, realizado del 2 y 3 de mayo.
En abril, seis de los siete rubros registraron caídas interanuales en sus ventas. La mayor retracción anual se detectó en Perfumerías (-23,3%) y el único incremento estuvo en Textil e indumentaria (+8,8%).
Las ventas bajaron 8,5% anual en abril, a precios constantes y acumulan una caída de 23,8% en los primeros cuatro meses del año frente al mismo periodo de 2023. En la comparación intermensual, subieron 2,7%. Comercios de las grandes ciudades consultados señalaron que en abril se perdieron ventas en manos de los hipermercados, que atrajeron público con algunos descuentos muy agresivos. En los almacenes de barrios, la mayor demanda se focalizó en marcas alternativas, buscando abaratar la canasta alimentaria.
Si bien el índice de precios al consumidor muestra una desaceleración tras haber tocada un pico de inflación del 25% en diciembre, no se lograría en el 2024 compensar la pérdida del poder adquisitivo de la población.
Se estima que el consumo caerá un 10% este año mientras que el salario real -en el sector privado formal- caería en promedio 7%. Para que la situación comience a mejorar habrá que esperar hasta el 2025, al menos así lo estiman algunos estudios privados.
Por caso, el último informe de ABECEB muestra que el año próximo las ventas en supermercados podrían crecer un 2,5%, la actividad en restaurantes mostraría un resultado positivo que alcanzaría al 4,5% y la venta de electrodomésticos crecerían el 12,3%.
El ingreso de la población podría reducirse más del doble por el fuerte reacomodamiento de los precios relativos de las tarifas de gas, luz, agua, transporte público y combustibles, que se vienen ajustando muy por encima de la inflación impactando con fuerza en los bolsillos.
La inflación interanual a marzo fue del 290% pero los precios de muchos bienes o servicios claves para la vida cotidiana superaron ese nivel, con más de 100 puntos de diferencia:
- electricidad y gas, aumentaron el 300%,
- bebidas alcohólicas, 302%; alimentos, 306%;
- azúcar, chocolate y golosinas, 349%;
- pan y cereales, 352%;
- combustible y lubricantes, 364%;
- medicamentos, 379%;
- transporte público, 385%;
- aguas minerales, gaseosas y jugos, 386%.
La caída de ventas en los supermercados se estima podría promediar 11%, en 2024 mientras que en restaurantes será del 7,5% en este año. Sólo en marzo, la caída en los súper llegó al 19%, mientras que los restaurantes registraron una pérdida del 6,7%.
Ante este contexto, los consumidores optan por los comercios de cercanía (no hacen compras tan grandes) y elijen segundas o terceras marcas, además de estar atentos y aprovechar las promociones y descuentos.
En el caso de los electrodomésticos, quedaron muy relegados en la lista de compras. Se prevé una caída del 25% para 2024 debido a que la predisposición de compra sigue en caída en los primeros tres meses del año, y en marzo, registra una caída del 66.2% el nivel más bajo desde la pandemia.
Ventas minoristas con más de 7% de caída en abril
El comercio minorista sigue sintiendo la dinámica decreciente del poder adquisitivo de los consumidores, que han recortado gastos en todos los rubros. El único sector que salió de esta tendencia es indumentaria y textil, favorecido por tres razones: por la proliferación de ofertas; por la muy baja base de comparación, ya que el ramo viene muy debilitado desde la pandemia; y por la desaceleración de los precios en este rubro en particular.
En el cuarto mes del año se pudo observar el regreso de las cuotas sin interés en algunos locales de electrodomésticos y materiales para la construcción, sobre todo, que ayudaron a mejorar la venta.
Así surge del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a un relevamiento mensual entre 1.276 comercios minoristas del país, realizado del 2 y 3 de mayo.
En abril, seis de los siete rubros registraron caídas interanuales en sus ventas. La mayor retracción anual se detectó en Perfumerías (-23,3%) y el único incremento estuvo en Textil e indumentaria (+8,8%).
Las ventas bajaron 8,5% anual en abril, a precios constantes y acumulan una caída de 23,8% en los primeros cuatro meses del año frente al mismo periodo de 2023. En la comparación intermensual, subieron 2,7%. Comercios de las grandes ciudades consultados señalaron que en abril se perdieron ventas en manos de los hipermercados, que atrajeron público con algunos descuentos muy agresivos. En los almacenes de barrios, la mayor demanda se focalizó en marcas alternativas, buscando abaratar la canasta alimentaria.