Jorge Bergoglio viajó a Roma el martes 26 de febrero de 2013. Pensó que regresaría para la homilía del Jueves Santo. La realidad fue otra: lo eligieron Papa. En los últimos años, Francisco había sufrido varios problemas de salud. Se movilizaba en una silla de ruedas debido a dolores de rodilla y de espalda.
Jorge Mario Bergoglio, conocido en todo el mundo como el papa Francisco, murió este lunes 21 de abril, a los 88 años. Se detalla que el pontífice falleció en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano.
El líder de la Iglesia católica padecía una "pulmonía bilateral" con "infección polimicrobiana". El 14 de febrero, el pontífice fue ingresado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli tras sufrir durante varios días un ataque de bronquitis. Cuatro días después, sus médicos le diagnosticaron una neumonía bilateral debido a que la situación clínica empeoró gradualmente. Tras 38 días hospitalizado, el papa Francisco regresó a su residencia vaticana de la Casa Santa Marta para continuar con su recuperación.
En los últimos años, Francisco había sufrido varios problemas de salud. Se movilizaba en una silla de ruedas debido a dolores de rodilla y de espalda. Y en diciembre pasado, un accidente doméstico le dejó un apreciable moretón en el cuello.
"Hagan lío"
Uno de los rasgos más característicos del papa Francisco fue su cercanía hacia los jóvenes, a quienes consideraba como "la esperanza de un futuro mejor".
Fue muy recordada su participación en la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, en julio de 2013. Se trató de su primer viaje internacional como autoridad máxima de la Iglesia católica. Ante la masiva presencia de jóvenes de toda Latinoamérica, dejó grabada para siempre la frase "hagan lío", y dijo que quería ver a la Iglesia "en la calle".
También se mostró siempre como un amante de los deportes, y, a pesar de la distancia, nunca dejó de recordar su amor al club de fútbol del que era hincha en Argentina, el San Lorenzo de Almagro, institución 'azulgrana' fundada por el sacerdote salesiano Lorenzo Massa, en 1908.
Legado papal
Durante su mandato como sumo pontífice de la Iglesia católica, visitó más de medio centenar de países llevando un mensaje de paz, humildad, armonía social y respeto a los valores democráticos. También se ha caracterizado en su labor papal por denunciar las desigualdades sociales, criticar el sistema capitalista y rechazar con firmeza los delitos sexuales en el clero.
Gracias a sus ideas reformistas, rompió las viejas estructuras de la Iglesia católica, no solo desde lo discursivo sino también mediante sus políticas como autoridad máxima de la institución religiosa.
A partir de su llegada, endureció las leyes para perseguir la pederastia en el Vaticano, por ejemplo, obligando a los jerarcas de la Santa Sede a denunciar los casos de abuso sexual. También, y por primera vez después de 40 años, modificó el Código de Derecho Canónico para permitir formalmente a las mujeres asumir más roles dentro de la Iglesia católica. Además, se pronunció a favor de permitir la unión civil entre homosexuales porque "son hijos de Dios y tienen derecho a una familia".
No obstante, el Vaticano aclaró poco después que "no es lícito" para la institución eclesiástica otorgar una bendición para las relaciones entre personas del mismo sexo.
El primer papa americano
Mario Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, luego de la renuncia de Benedicto XVI, el alemán Joseph Aloisius Ratzinger. El argentino se convirtió así en el primer papa americano y de la Orden Jesuita. Tomó el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana. Dos años antes, había presentado su renuncia como arzobispo de Buenos Aires, al alcanzar la edad de 75 años, pero Benedicto no se la aceptó.
Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, Buenos Aires, en el seno de una familia modesta de un trabajador ferroviario de origen piamontés y una ama de casa. Asistió a la escuela pública, donde se tituló como técnico químico. Completó los estudios de Humanidades en Chile en 1963. Al regresar a Argentina, se unió a la Compañía de Jesús, donde obtuvo una licenciatura en Filosofía. Tenía entonces 22 años.
Entre 1964 y 1966 fue profesor de literatura y psicología en colegios religiosos de Buenos Aires. De 1967 a 1970, estudió Teología en el Colegio San José y obtuvo la licenciatura.
Le ordenaron sacerdote en 1969. A los 36 años fue designado responsable nacional de los jesuitas argentinos, cargo que desempeñó durante seis años.
Carrera sacerdotal
A mediados de los 80, viajó a Alemania para obtener su doctorado y a su regreso retomó la actividad pastoral como simple sacerdote de provincia en la ciudad argentina de Mendoza.
En 1986 regresó a Europa, concretamente a Alemania, para ultimar su tesis doctoral, pero fue trasladado a la ciudad argentina de Córdoba para ejercer como director espiritual y confesor de la Compañía de Jesús.
El 20 de mayo de 1992, el papa Juan Pablo II lo designó obispo de la diócesis de Auca y obispo auxiliar de la diócesis de Buenos Aires. Cinco años más tarde, en 1997, fue nombrado arzobispo coauditor de Buenos Aires y en 1998, tras la muerte del arzobispo y cardenal Antonio Quarracino, se convirtió en el arzobispo de Buenos Aires.
Desde entonces, Bergoglio tuvo una gran presencia en la Conferencia Episcopal Argentina, la asamblea de los obispos que presidió durante seis años, de 2005 a 2011.
Bergoglio y la política argentina
Fue justamente durante ese período que el entonces arzobispo de Buenos Aires mantuvo una férrea disputa con los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa Cristina Fernández (2007-2015), debido a sus constantes críticas al "exhibicionismo y los anuncios estridentes", y a la pobreza, que había llegado a niveles extremos en 2002. También, por su oposición declarada al matrimonio igualitario, ley impulsada y aprobada por el kirchnerismo. "Es la pretensión destructiva al plan de Dios", señalaba entonces.
Con la muerte de Néstor Kirchner en 2010, la tensión continuó. Cristina Fernández, al igual que lo hizo su marido en el poder, evitaba participar del Tedeum, la celebración religiosa que la Iglesia argentina realiza todos los años en la Catedral de Buenos Aires cada 25 de mayo, al cumplirse el aniversario de la revolución que inició el camino hacia la independencia.
Tras el nombramiento de Bergoglio como papa, la entonces mandataria Cristina Fernández participó de su asunción en el Vaticano en 2013, y luego mantuvo otros seis encuentros bajo un clima ameno y hasta amistoso. Incluso, Francisco se comunicó con la vicepresidenta para solidarizarse luego del intento de asesinato que sufrió en agosto de 2022, cuando un hombre intentó dispararle con un arma.
Sus frases sobre la fe, la justicia social y la humildad
A lo largo de su pontificado, dejó un legado de palabras y gestos que trascendieron la Iglesia. El papa Francisco no solo fue un líder espiritual, sino también un comunicador excepcional. Su lenguaje directo, a menudo con toques de humor y cercanía, lo convirtió en una figura accesible y comprensible para millones de personas. Desde su elección en 2013, dejó frases que quedaron grabadas en la historia.
Abordando temas que iban desde la pobreza y la misericordia hasta la ecología y la paz mundial, una de sus primeras frases más recordadas fue la que pronunció en su primer discurso como Papa, cuando apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro y, en lugar de dar una bendición inicial, pidió humildemente a los fieles que recen por él:
Desde el comienzo, su pontificado estuvo marcado por una fuerte preocupación por los más pobres y vulnerables. En múltiples ocasiones denunció la desigualdad y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno:
Su visión de la Iglesia fue clara: quería una institución en salida, comprometida con la realidad del mundo. En un discurso emblemático, sentenció:
"Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por encerrarse y aferrarse a sus propias seguridades"
Su cercanía con la juventud fue otra de sus características. En las Jornadas Mundiales de la Juventud, animó a los jóvenes a no quedarse quietos:
"Hagan lío, no se queden encerrados en sí mismos"
"Los jóvenes no son el futuro, son el ahora de Dios"
Francisco también revolucionó la manera en que la Iglesia abordaba algunos temas tradicionalmente delicados. Su famosa frase sobre la comunidad LGBTQ+ marcó un cambio de tono en el Vaticano:
"Si una persona es gay y busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo?"
Su preocupación por el medioambiente quedó reflejada en su encíclica Laudato Si’, donde advirtió sobre los riesgos del cambio climático y la necesidad de una conversión ecológica:
"La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería"
"Dios perdona siempre, los hombres a veces, la naturaleza nunca"
Además, dejó reflexiones profundas sobre la felicidad, la fe y la esperanza:
"No dejen que les roben la esperanza"
"La fe no es una luz que disipa todas las tinieblas, sino una lámpara que guía nuestros pasos en la noche"
"Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón"
A lo largo de su vida, Jorge Mario Bergoglio usó las palabras como herramientas de transformación y de consuelo. Su muerte deja un legado de frases que seguirán inspirando a millones en todo el mundo.
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Foto Museo Flores |
Jorge Mario Bergoglio, conocido en todo el mundo como el papa Francisco, murió este lunes 21 de abril, a los 88 años. Se detalla que el pontífice falleció en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano.
El líder de la Iglesia católica padecía una "pulmonía bilateral" con "infección polimicrobiana". El 14 de febrero, el pontífice fue ingresado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli tras sufrir durante varios días un ataque de bronquitis. Cuatro días después, sus médicos le diagnosticaron una neumonía bilateral debido a que la situación clínica empeoró gradualmente. Tras 38 días hospitalizado, el papa Francisco regresó a su residencia vaticana de la Casa Santa Marta para continuar con su recuperación.
En los últimos años, Francisco había sufrido varios problemas de salud. Se movilizaba en una silla de ruedas debido a dolores de rodilla y de espalda. Y en diciembre pasado, un accidente doméstico le dejó un apreciable moretón en el cuello.
"Hagan lío"
Uno de los rasgos más característicos del papa Francisco fue su cercanía hacia los jóvenes, a quienes consideraba como "la esperanza de un futuro mejor".
Fue muy recordada su participación en la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, en julio de 2013. Se trató de su primer viaje internacional como autoridad máxima de la Iglesia católica. Ante la masiva presencia de jóvenes de toda Latinoamérica, dejó grabada para siempre la frase "hagan lío", y dijo que quería ver a la Iglesia "en la calle".
También se mostró siempre como un amante de los deportes, y, a pesar de la distancia, nunca dejó de recordar su amor al club de fútbol del que era hincha en Argentina, el San Lorenzo de Almagro, institución 'azulgrana' fundada por el sacerdote salesiano Lorenzo Massa, en 1908.
Legado papal
Durante su mandato como sumo pontífice de la Iglesia católica, visitó más de medio centenar de países llevando un mensaje de paz, humildad, armonía social y respeto a los valores democráticos. También se ha caracterizado en su labor papal por denunciar las desigualdades sociales, criticar el sistema capitalista y rechazar con firmeza los delitos sexuales en el clero.
Gracias a sus ideas reformistas, rompió las viejas estructuras de la Iglesia católica, no solo desde lo discursivo sino también mediante sus políticas como autoridad máxima de la institución religiosa.
A partir de su llegada, endureció las leyes para perseguir la pederastia en el Vaticano, por ejemplo, obligando a los jerarcas de la Santa Sede a denunciar los casos de abuso sexual. También, y por primera vez después de 40 años, modificó el Código de Derecho Canónico para permitir formalmente a las mujeres asumir más roles dentro de la Iglesia católica. Además, se pronunció a favor de permitir la unión civil entre homosexuales porque "son hijos de Dios y tienen derecho a una familia".
No obstante, el Vaticano aclaró poco después que "no es lícito" para la institución eclesiástica otorgar una bendición para las relaciones entre personas del mismo sexo.
El primer papa americano
Mario Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, luego de la renuncia de Benedicto XVI, el alemán Joseph Aloisius Ratzinger. El argentino se convirtió así en el primer papa americano y de la Orden Jesuita. Tomó el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana. Dos años antes, había presentado su renuncia como arzobispo de Buenos Aires, al alcanzar la edad de 75 años, pero Benedicto no se la aceptó.
Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, Buenos Aires, en el seno de una familia modesta de un trabajador ferroviario de origen piamontés y una ama de casa. Asistió a la escuela pública, donde se tituló como técnico químico. Completó los estudios de Humanidades en Chile en 1963. Al regresar a Argentina, se unió a la Compañía de Jesús, donde obtuvo una licenciatura en Filosofía. Tenía entonces 22 años.
Entre 1964 y 1966 fue profesor de literatura y psicología en colegios religiosos de Buenos Aires. De 1967 a 1970, estudió Teología en el Colegio San José y obtuvo la licenciatura.
Le ordenaron sacerdote en 1969. A los 36 años fue designado responsable nacional de los jesuitas argentinos, cargo que desempeñó durante seis años.
Carrera sacerdotal
A mediados de los 80, viajó a Alemania para obtener su doctorado y a su regreso retomó la actividad pastoral como simple sacerdote de provincia en la ciudad argentina de Mendoza.
En 1986 regresó a Europa, concretamente a Alemania, para ultimar su tesis doctoral, pero fue trasladado a la ciudad argentina de Córdoba para ejercer como director espiritual y confesor de la Compañía de Jesús.
El 20 de mayo de 1992, el papa Juan Pablo II lo designó obispo de la diócesis de Auca y obispo auxiliar de la diócesis de Buenos Aires. Cinco años más tarde, en 1997, fue nombrado arzobispo coauditor de Buenos Aires y en 1998, tras la muerte del arzobispo y cardenal Antonio Quarracino, se convirtió en el arzobispo de Buenos Aires.
Desde entonces, Bergoglio tuvo una gran presencia en la Conferencia Episcopal Argentina, la asamblea de los obispos que presidió durante seis años, de 2005 a 2011.
Bergoglio y la política argentina
Fue justamente durante ese período que el entonces arzobispo de Buenos Aires mantuvo una férrea disputa con los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa Cristina Fernández (2007-2015), debido a sus constantes críticas al "exhibicionismo y los anuncios estridentes", y a la pobreza, que había llegado a niveles extremos en 2002. También, por su oposición declarada al matrimonio igualitario, ley impulsada y aprobada por el kirchnerismo. "Es la pretensión destructiva al plan de Dios", señalaba entonces.
Con la muerte de Néstor Kirchner en 2010, la tensión continuó. Cristina Fernández, al igual que lo hizo su marido en el poder, evitaba participar del Tedeum, la celebración religiosa que la Iglesia argentina realiza todos los años en la Catedral de Buenos Aires cada 25 de mayo, al cumplirse el aniversario de la revolución que inició el camino hacia la independencia.
Tras el nombramiento de Bergoglio como papa, la entonces mandataria Cristina Fernández participó de su asunción en el Vaticano en 2013, y luego mantuvo otros seis encuentros bajo un clima ameno y hasta amistoso. Incluso, Francisco se comunicó con la vicepresidenta para solidarizarse luego del intento de asesinato que sufrió en agosto de 2022, cuando un hombre intentó dispararle con un arma.
Los últimos días en Buenos Aires
La última misa que celebró el todavía cardenal Bergoglio en nuestro país fue el sábado 23 de febrero en la Catedral Metropolitana, para 30 sacerdotes del movimiento de Schoenstatt. “Fue una cosa medio privada. Y antes de la misa tuvieron una reunión con él en el arzobispado. Luego tomé algo con el cardenal ese mediodía y me dijo que dejaba escrita la homilía del Jueves Santo de la misa Crismal, para que después la pasaran a máquina y la fotocopiaran para distribuirla entre los otros sacerdotes. ‘Así la tenemos lista’ me dijo", cuenta a Infobae el padre Alejandro Russo Rector de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
Jorge Bergoglio, hombre detallista, no quiso dejar nada librado al azar. Ni siquiera con Daniel Del Regno, el hombre que todos los días le llevaba al Arzobispado el diario La Nación, el único que compraba. Hoy “cuando me enteré de su viaje, por que él mismo me lo comentó, le dije si le parecía conveniente suspender los diarios, y me respondió que no, que iba a estar de vuelta en una semana. Antes de eso había había tenido la la gentileza de bautizar a mi hijo, habíamos una confianza. Cuando nos enteramos que era Papa fue una alegría. Y traté de llamar a la Curia pero me ganó de mano. Me llamó por teléfono, pero con este caos que tiene la zona no alcancé a escucharlo bien. Creí que era una joda. Y no, era él despidiéndose y ahora sí suspendiendo los diarios”.
El último día del Papa en Argentina finalmente llegó. Pero no fue el 25 como recuerda el padre Russo, sino el martes 26 de febrero de 2013. “Ese día a la mañana subí a saludarlo. Pero fue como despedirse de un cardenal cuando va al Cónclave, como había sucedido todas las otras veces. Él estaba sentado en su escritorio y nos pusimos a arreglar cosas de protocolo, un encuentro de catequistas, el Domingo de Ramos, que se hacía en Flores la tarde del sábado en la puerta de la Basílica. ‘Que monseñor Sucunza presida Ramos y monseñor García la misa de los catequistas si yo no estoy’, dejó establecido. Hice la cuenta y le dije acá no quedaba más remedio que el Papa fuera coronado -un término que no se usa más, ahora se dice el inicio del Ministerio Petrino- el 19 de marzo. ‘Hay que decirle al Papa que lo haga, porque además está bien, es el día de San José, porque si se mezcla con el Domingo de Ramos es medio difícil, es una liturgia enredada, no creo que que se pueda’ dije…Entonces me respondió: ‘¿Pero vos pensás que yo le voy a decir al Papa qué día tiene que coronarse’?”, cuenta con una sonrisa el Padre Russo, sobre todo al traer al presente su respuesta: “‘No, pero yo se lo estoy diciendo al Papa’. Entonces se río, no sé qué dijo, ‘siempre con lo mismo’ o ‘bueno, terminala’”.
Luego se pusieron de pie, ya con el equipaje listo a un costado y Russo le hizo una observación antes que partiera: “‘Mire, usted se va a acordar de mí cuando digan Bergoglio, 77, y suene un aplauso’. Setenta y siete era la cantidad de votos que hacían falta para ya estar cubierto por la ley del cónclave y ser Papa. Entonces agarramos la valija, una valija común, de esas de cuatro rueditas, y bajamos por el ascensor al patio del Arzobispado. Ahí ya estaba el coche, un auto rojo que lo llevaba a Ezeiza, creo que era de una sobrina de él. Él es muy sobrio, así que no hubo una despedida efusiva. ‘Nos vemos a la vuelta’ dijo, y se fue. Yo creo que él pensaba que volvía. Tal vez creería que a lo sumo, como era un cardenal con experiencia, iba a ser como el gran elector del Cónclave”.
Los pasillos del aeropuerto de Ezeiza fueron el último suelo argentino que pisó. Tomó el vuelo del mediodía de Alitalia y marchó a Roma. “Yo detesto ese vuelo porque uno llega a las tres de la mañana, pero en fin. Él tenía esa cosa que siempre hacía lo mismo, no variaba en nada, aún en este último viaje. Viajaba siempre en la clase común, aunque me acuerdo que alguien lo llamó y le dijo ‘vaya en primera o en business que yo le pago el boleto’, pero él no quiso. Estábamos en un pasillo y me dijo ‘¿vos querés plata para alguna cosa de la Catedral?’. ‘No’, le respondí. ‘Entonces que vaya a las villas’, me pidió”.
La despedida pública del papa Francisco
El Papa apareció por última vez en el balcón central de la Basílica de San Pedro para dar su mensaje de Pascua, horas antes de su partida.
A sus 88 años, y mientras atravesaba una recuperación tras más de un mes de internación por una neumonía bilateral, Francisco se presentó en silla de ruedas, sin asistencia de oxígeno. A pesar de su visible fragilidad, ofreció un breve saludo: "Feliz Pascua", emocionando a las 35.000 personas presentes en San Pedro
En su último mensaje al mundo, el Papa expresó su dolor por la grave crisis humanitaria en Gaza y pidió un cese al fuego urgente. También manifestó su preocupación por el aumento del antisemitismo global, reclamando solidaridad y ayuda humanitaria para los más afectados. "Que nunca se debilite el principio de humanidad", instó, recordando a las víctimas de los conflictos en escuelas y hospitales.
Francisco pidió también que "la luz de la paz" irradie desde el Santo Sepulcro hacia toda la Tierra Santa y el mundo entero. Hizo un llamado para detener la carrera armamentística mundial y abogó por el diálogo como única vía para solucionar conflictos como el de Yemen.
A lo largo de su pontificado, dejó un legado de palabras y gestos que trascendieron la Iglesia. El papa Francisco no solo fue un líder espiritual, sino también un comunicador excepcional. Su lenguaje directo, a menudo con toques de humor y cercanía, lo convirtió en una figura accesible y comprensible para millones de personas. Desde su elección en 2013, dejó frases que quedaron grabadas en la historia.
Abordando temas que iban desde la pobreza y la misericordia hasta la ecología y la paz mundial, una de sus primeras frases más recordadas fue la que pronunció en su primer discurso como Papa, cuando apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro y, en lugar de dar una bendición inicial, pidió humildemente a los fieles que recen por él:
"Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes, les pido un favor: antes de que el obispo bendiga al pueblo, les pido que ustedes recen al Señor para que me bendiga. Es la oración del pueblo pidiendo la bendición para su obispo".
Desde el comienzo, su pontificado estuvo marcado por una fuerte preocupación por los más pobres y vulnerables. En múltiples ocasiones denunció la desigualdad y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno:
"El dinero debe servir, no gobernar"
"La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual"
"Los pobres nos evangelizan porque nos muestran el rostro de Cristo"
Su visión de la Iglesia fue clara: quería una institución en salida, comprometida con la realidad del mundo. En un discurso emblemático, sentenció:
"Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por encerrarse y aferrarse a sus propias seguridades"
Su cercanía con la juventud fue otra de sus características. En las Jornadas Mundiales de la Juventud, animó a los jóvenes a no quedarse quietos:
"Hagan lío, no se queden encerrados en sí mismos"
"Los jóvenes no son el futuro, son el ahora de Dios"
Francisco también revolucionó la manera en que la Iglesia abordaba algunos temas tradicionalmente delicados. Su famosa frase sobre la comunidad LGBTQ+ marcó un cambio de tono en el Vaticano:
"Si una persona es gay y busca al Señor, ¿quién soy yo para juzgarlo?"
Su preocupación por el medioambiente quedó reflejada en su encíclica Laudato Si’, donde advirtió sobre los riesgos del cambio climático y la necesidad de una conversión ecológica:
"La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería"
"Dios perdona siempre, los hombres a veces, la naturaleza nunca"
Además, dejó reflexiones profundas sobre la felicidad, la fe y la esperanza:
"No dejen que les roben la esperanza"
"La fe no es una luz que disipa todas las tinieblas, sino una lámpara que guía nuestros pasos en la noche"
"Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón"
A lo largo de su vida, Jorge Mario Bergoglio usó las palabras como herramientas de transformación y de consuelo. Su muerte deja un legado de frases que seguirán inspirando a millones en todo el mundo.