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Putin afirmó que la medida es una respuesta a las sanciones de Occidente, incluyendo la congelación de los activos rusos en el exterior, que para Rusia supone un “incumplimiento de las obligaciones de dichos países”. El líder del Kremlin ordenó al Gobierno y al Banco Central de ese país que el sistema sea puesto en marcha “en el plazo de una semana”, informaron las agencias de noticias internacionales AFP y DPA.
La disposición implicará “la adquisición de rublos en el mercado de divisas ruso por parte de los compradores de gas”, aunque Putin dejó entrever que otros productos también se podrían ver afectados. "Está claro que entregar nuestras mercancías a la Unión Europea, a Estados Unidos, y recibir dólares, euros y otras monedas ya no tiene sentido para nosotros", agregó Putin.
Entre los países que se verán impactados por la contraofensiva económica, de acuerdo con una lista difundida por el gobierno ruso el pasado 8 de marzo, se encuentran todos los países de la Unión Europea (UE), Ucrania, el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. La lista también comprende a Mónaco, Suiza, Noruega, Islandia, San Marino, Australia, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Taiwán, Micronesia, Macedonia del Norte, Andorra y Singapur.
En ese entonces, Rusia anunció que los particulares y las empresas rusas que poseen deudas con dichos países, sólo podrán reembolsar sus deudas en rublos. No obstante y pese a la modificación en la divisa de pago, Putin aseguró que “Rusia continuará suministrando gas natural de acuerdo con los volúmenes y precios establecidos en los contratos existentes”.
“Valoramos nuestra reputación comercial como socio y proveedor confiable. Los cambios afectarán sólo la moneda de pago, que se cambiará a rublos rusos", dijo Putin.
